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  A la escuela del amor de la mano me llevaste, y a la primera clase el corazón me robaste.

Te siento cada día rozándome invisible
sutilmente
impalpable.
Y aunque sé que siempre te he llevado conmigo
eres siempre la
suave, dulcemente imposible
lejanía luminosa...
Te siento cada día cantar, mas no sé donde. Eres algo que vive más allá de mí mismo y aunque siempre eres nube y horizonte lejano ¡sentí tu beso sobre mi alma!
Mi espíritu solitario te sueña en todas las cosas Mi alma te busca tras toda emoción ¡Mi camino está lleno de tu nombre! ¡Lejana!...¿Dónde estás?...¿Dónde estás?
Limpias mis tristezas
eres
alegría
junto a ti todo es sonrisa
tiñes la vida con colores
alegres
eres la alegría
contigo soy feliz
soy dichoso sin temer
nada
eres mi alegría.


Amame, sin prejuicios ni condiciones. sin esperas ni reservas. sin egoísmos ni sombras. sin cadenas ni sumisiones.
Amame, con la profundidad insondable del océano. con la claridad del Sol de las montañas. con la fuerza suprema de vientos huracanados.
Amame, con la blanca llama de tu alma despierta. con la alegría de cielos infinitos. Porque sólo por el Amor peregrinamos juntos hacia la dicha divina e inmortal


Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; Haga resplandecer su rostro sobre nosotros; Selah 67:2 Para que sea conocido en la tierra tu camino, En todas las naciones tu salvación. 67:3 Te alaben los pueblos, oh Dios; Todos los pueblos te alaben. 67:4 Alégrense y gócense las naciones, Porque juzgarás los pueblos con equidad, Y pastorearás las naciones en la tierra. Selah 67:5 Te alaben los pueblos, oh Dios; Todos los pueblos te alaben. 67:6 La tierra dará su fruto; Nos bendecirá Dios, el Dios nuestro. 67:7 Bendíganos Dios, Y témanlo todos los términos de la tierra. Capítulo 68 El Dios del Sinaí y del santuario Al músico principal. Salmo de David. Cántico. é 68:1 Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, Y huyan de su presencia los que le aborrecen. 68:2 Como es lanzado el humo, los lanzarás; Como se derrite la cera delante del fuego, Así perecerán los impíos delante de Dios. 68:3 Mas los justos se alegrarán; se gozarán delante de Dios, Y saltarán de alegría. 68:4 Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre; Exaltad al que cabalga sobre los cielos. JAH es su nombre; alegraos delante de él. 68:5 Padre de huérfanos y defensor de viudas Es Dios en su santa morada. 68:6 Dios hace habitar en familia a los desamparados; Saca a los cautivos a prosperidad; Mas los rebeldes habitan en tierra seca. 68:7 Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo, Cuando anduviste por el desierto, Selah 68:8 La tierra tembló; También destilaron los cielos ante la presencia de Dios; Aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel. 68:9 Abundante lluvia esparciste, oh Dios; A tu heredad exhausta tú la reanimaste. 68:10 Los que son de tu grey han morado en ella; Por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre. 68:11 El Señor daba palabra; Había grande multitud de las que llevaban buenas nuevas. 68:12 Huyeron, huyeron reyes de ejércitos, Y las que se quedaban en casa repartían los despojos. 68:13 Bien que fuisteis echados entre los tiestos, Seréis como alas de paloma cubiertas de plata, Y sus plumas con amarillez de oro. 68:14 Cuando esparció el Omnipotente los reyes allí, Fue como si hubiese nevado en el monte Salmón. 68:15 Monte de Dios es el monte de Basán; Monte alto el de Basán. 68:16 ¿Por qué observáis, oh montes altos, Al monte que deseó Dios para su morada? Ciertamente Jehová habitará en él para siempre. 68:17 Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares; El Señor viene del Sinaí a su santuario. 68:18 Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, Tomaste dones para los hombres, Y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios. 68:19 Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios El Dios de nuestra salvación. Selah 68:20 Dios, nuestro Dios ha de salvarnos, Y de Jehová el Señor es el librar de la muerte. 68:21 Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos, La testa cabelluda del que camina en sus pecados. 68:22 El Señor dijo: De Basán te haré volver; Te haré volver de las profundidades del mar; 68:23 Porque tu pie se enrojecerá de sangre de tus enemigos, Y de ella la lengua de tus perros. 68:24 Vieron tus caminos, oh Dios; Los caminos de mi Dios, de mi Rey, en el santuario. 68:25 Los cantores iban delante, los músicos detrás; En medio las doncellas con panderos. 68:26 Bendecid a Dios en las congregaciones; Al Señor, vosotros de la estirpe de Israel. 68:27 Allí estaba el joven Benjamín, señoreador de ellos, Los príncipes de Judá en su congregación, Los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí. 68:28 Tu Dios ha ordenado tu fuerza; Confirma, oh Dios, lo que has hecho para nosotros.